18 de abril de 2024

Pozo Alcón: La Historia y sus gentes. XLVI

EL FRANQUISMO: LA POSGUERRA

Por José Manuel Leal

La Comisión Gestora franquista que había funcionado desde marzo de 1939 fue cesada por el gobernador civil quien, en mayo de 1940, nombra una nueva Comisión presidida por Agustín Tirado Jordán. He aquí la noticia sobre esta nueva Gestora municipal y otros nombramientos de la Falange local:

El cordobés Agustín Tirado, que había sido maestro en El Fontanar en 1935, se rodea, según vemos, de excombatientes de la guerra. Llama también la atención el nombramiento de Antonio Chavarino, otro maestro, como primer teniente de alcalde y el de Antonio Díaz Carmona, maestro también, como delegado de la organización juvenil. También podríamos destacar la presencia del cronista, Manuel Antiñolo Quiñones, “empleado y excautivo”, como vocal del Consejo local de Primera Enseñanza y además como delegado de cultura de la Falange. En fin, también podría llamarnos la atención hoy la existencia de un delegado de chatarra, Julián Antiñolo, que entonces era un bien muy preciado por su escasez, hasta el punto de que los niños la recogían por las calles convirtiéndose así, en el lenguaje del Régimen, en “soldados de Franco”.  

Por lo demás, la represión de los republicanos vencidos seguía su inexorable camino, aunque no sólo éste sino muchos otros y muy variados son los efectos de las guerras, entre los cuales y como una forma de “efecto colateral” se encuentran las armas abandonadas, las bombas o las minas explosivas. De esta forma, el lunes 21 de octubre de 1940, pasado más de un año del fin de la guerra, El Fontanar se despertó con la noticia de una explosión de una bomba, que se había producido en una cueva situada en el Salto de Martín Lirio. Tres hermanos muy jóvenes estaban implicados en el suceso, de los cuales uno había muerto en el acto y los otros dos, un niño y una niña, estaban malheridos. Así lo recogía el periódico Ideal de Jaén:

Era, sin duda, una bomba, probablemente una granada de mano, que había quedado después de la guerra civil y que el padre, según la noticia, había encontrado.

Otros efectos inmediatos de la guerra son el hambre y la pobreza. Ya vimos cómo el papel moneda republicano, el llamado “dinero de Negrín”, emitido después del 18 de julio de 1936, no tenía ningún valor y ése era precisamente el dinero que había en Pozo Alcón: las viudas, huérfanos e inválidos quedaron totalmente desamparados, por lo que, desde los primeros momentos, empezaron a funcionar los comedores de Auxilio Social bajo el control de la Falange.

Sello Falange Pozo Alcón

El hambre y la pobreza llevaron al racionamiento, al robo y al estraperlo, fenómenos que aquí se dieron de forma más o menos habitual. En este punto hemos de tener en cuenta que los distintos gobernadores civiles de Jaén, es decir, la Falange, se tomaron en serio, pero que muy en serio, el control y la distribución de todos los productos.

Cartilla de racionamiento

El nuevo Estado totalitario lo controlaba absolutamente todo. En general, hay dos grandes tipos de infracciones: las infracciones de abastos, sobre todo aceite, habichuelas y carnes, que iban acompañadas con multas y decomiso del producto; y otro tipo de infracciones por causar daños en cosechas pendientes de recolectar, es decir, el robo de parte de estas cosechas, que estaba penado con arresto de 15 días que se cumplía en el depósito (cárcel) municipal. En el primero de los casos estamos hablando del estraperlo, mientras que en el segundo era la misma hambre la que llevaba a esos robos, aunque a veces los robos eran también más selectivos, según podemos leer en esta doble noticia.

Resulta verdaderamente sorprendente la cantidad de noticias periodísticas en las que desde el principio aparecen poceños implicados en tráfico ilegal de mercancías, en precios abusivos en las ventas de productos o en robos y destrozos, en los que, a veces, se veían implicados hasta “propietarios”. Así, en la siguiente noticia de 1946 podemos leer: “PROPIETARIO DE POZO ALCÓN MULTADO CON DIEZ MIL PESETAS POR HURTO DE COSECHA. El gobernador civil ha impuesto una multa de diez mil pesetas al propietario de Pozo Alcón Francisco Perea García. Dicha sanción ha sido decretada en virtud de denuncia que se le ha formulado en la que se comprueba que este propietario ha sido sorprendido hurtando frutos de la actual cosecha, y por los daños producidos a la economía nacional”.

También en estos años de la década de los 40 se confeccionó el escudo de Pozo Alcón, que fue realizado por los técnicos de la Diputación Provincial de Jaén tomando como referencias algunas leyendas locales que el cronista MAQ había recogido y publicado algo después en la revista “Paisaje” de Jaén. De esta forma empezaba una crónica de 1942 en el periódico Ideal de Jaén:”Si los pueblos felices no tienen historia, Pozo Alcón debía ser un pueblo feliz; la historia de Pozo Alcón se pierde en una bella leyenda popular. Cuenta esa leyenda que un buey llamado Alcón abrió con la pezuña un hoyo en el suelo, donde brotó un manantial abundante de agua fresquísima y cristalina. Debió ser este hecho cuando Pozo Alcón era una dehesa más que terreno de labor. A la choza de los pastores se unió luego la casa del labriego y a ésta, el cortijo del labrador. Y así, al lado del manantial, se fue formando el pueblo que salió bautizado de aquellas aguas”.

He aquí la cabecera del primer documento que hemos encontrado donde figura el nuevo escudo de Pozo Alcón.

José Manuel Leal

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